La presentación corrió al cargo de Juan Royo, comentando las virtudes de este libro, a que publico esta dirigido y alguna anecdotilla graciosa.
Por mi parte he de reconocer que tengo un problema de nervios. En el momento de empezar a hablar, la garganta se me cierra, y no logro decir nada con sentido... apenas unos balbuceos para dar la vez a que hable otra persona.
y me jode... porque sólo me pasa cuando empiezo yo la exposición. Cuando después de un rato de charla por parte de otro de los ponentes tengo que decir algo, ya se me han pasado los nervios, y soy mucho más eficiente y comunicador.
Y cualquiera que me conozca en vivo sabe que de normal no me pasa esto, que suelo ser abierto, distendido, comunicativo... no suelo ser tímido, pero me ponen en un atril y me arrugo....
Creo que me voy a apuntar a clases de teatro, de comunicación oral o similar, porque me fastidia mucho esta debilidad recién descubierta.
Bueno, también esta la opción de dar las charlas drogado, como bien contó Felipe.
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