Me toca de nuevo ser un poco moñas, hoy me voy a despedir de gente, y me suele quedar sensiblero.
Por mi trabajo, que mañana o pasado explicaré, visito muchos departamentos distintos en hospitales tanto públicos como privados, y conozco en ellos a mucha gente. Hay grandes profesionales, aficionados y chapuzas totales. Y no depende de que sean empleados de hospitales públicos o privados. Depende de las personas y de como se toman su trabajo.
Así que hoy, esta entrada esta para despedirme de dos grandes profesionales. Ambas dos son técnicos en radioterapia. Y ambas dos dejan de trabajar en la empresa privada para trabajar en la publica. El motivo, claramente es las condiciones laborales, pero de eso hablaré otro dia. Lo importante es que dos chicas majas como ellas solas, que se preocupan por su hacer bien su trabajo, por lo que necesitan y quieren sus pacientes, se han ido de donde estaban trabajando y se van a trabajar a 500 metros, pero con los aparatos de la competencia, así que lamentablemente perderé contacto con ellas, y me jode. Seguro que seguiremos quedando de vez en cuando para cenar o tomar alguna cerveza, pero no será lo mismo.
Hace tiempo hable del síndrome del mar muerto, en un principio me refería a mi empresa y a las cosas que ahí ocurren. Pero en este caso creo que el departamento en el que estaban se esta salinizando, y dentro de poco no habrá vida en él... Pero esa opinion no me corresponde a mi. Es cosa de los jefes de ese departamento, y si prefieren eso, no seré yo quien discuta.
La primera vez que entré en ese departamento de radioterapia, entraba acojonado. Una clinica con fama mundial, y si su prestigio médico era alto, su fama de seria era mucho mayor. Yo me tendría que encargar de algunas de sus máquinas. Las enfermeras llevaban uniformes años 50, los medicos con corbata, y todo el mundo tratandose de usted. Radioterapia asustaba. Gracias a estas dos, que ayudaban cuando podian, se preocupaban por su trabajo y todo lo que les rodeaba, me resulto más fácil trabajar. Me jodía cuando las puteaban por no ser enfermeras, o por otras cosas, que son suficientemente privadas para no escribirlas aqui.
La relación que se establece entre un técnico de radioterapia y su paciente es importante para este último, ya que un buen estado de animo ayuda a los pacientes. Y sé, seguro, que sus pacientes fueron mucho más felices con ellas que si les hubiesen tocado otras enfermeras de ese mismo departamento. De hecho, si lo pienso bien ahora, al estar en un hospital publico, tendrán más pacientes, con lo que en el fondo es mejor para todos.
Lo dicho, os echare de menos, aunque nos veamos fuera del trabajo, no será lo mismo. Un beso a las dos.
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