Los 31 se acabarón. Después vinieron los 32 y de pronto, en mitad de los 33, la crisis se acabó. Y las ganas de contar todo fueron disminuyendo. A veces, sólo a veces... vuelven... y hay que guardar este sitio para poder contarlo.
Papiroflexia con billetes. La pena es que nuestros billetes sólo tengan puentes y no caras, porque quedaría bonito hacerlo con nuestros billetes (porque para hacerlo con las monedas hace falta ser muy de Bilbao)
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