martes, 11 de noviembre de 2008

Viajes (VII) Belfast

En Septiembre de 2001, decidí que iba a vivir en Irlanda. El porque lo hice y el resultado de ese viaje es una historia muy larga que no merece la pena que cuente hoy.

Pero la semana pasada, mientras hablaba de otras cosas, recordé esta anecdotilla.

Mi amigo Miguel(ez) vino a visitarme unos días. Como yo sólo trabajaba de lunes a miércoles, pudimos darnos una vuelta por Irlanda. Alquilamos un coche y pusimos rumbo a Belfast.

Belfast es una ciudad preciosa con una catedral genial y todo eso, pero, como comprenderéis, lo que interesa de Belfast, para un turista, es la parte que sale en las noticias. Con lo que, tras una visita a la oficina de turismo, y un par de preguntas que probablemente no se entendieron muy bien, acabamos paseando por la parte "etnico-cultural" de la capital de Irlanda del Norte. Después de un rato viendo murales en la parte lealista, cruzamos unas verjas, que sólo debían cerrar cuando se liaba parda, a la parte unionista. Los murales ahi eran muy similares, con al única diferencia del mensaje. Trás unas cuantas horas paseando, y ya ligeramente aburridos de ver todo el rato lo mismo, nos metimos en un genuino pub irlandés, de la parte católica de irlanda del norte.

Estando ahí sentados, hablando de nuestras cosas, observamos a Gerry, un borracho sentado a nuestro lado. Por algún motivo extraño, tiendo a hablar con desconocidos cuando estoy en sitios raros. Con lo que, lógicamente acabé hablando con Gerry.

La conversación de Gerry, en su lamentable estado etílico, no daba para mucho, pero en un momento nos pregunto de donde eramos. "De España", "que bonito... ¿de donde exactamente?" "Pues yo de Zaragoza." "Y yo de Bilbao."

En ese momento se le iluminaron los ojos a ese borracho irlandés, sé le oía como pensaba "Bilbao. Eso es el País Vasco. Que bonito que es." Empezó a hablar de sus cosas, y canto una canción en gaélico, y como se había hecho amigo mio me pide que le cante alguna canción regional en euskera. Mis conocimientos de euskera se ciñen a decir egun on (buenos días) y ongi etorri (felpudo). Pero Gerry insistía.

Y entonces recordé que en la puerta del pub había una ikurriña, y algún cartel en euskera. Estábamos en una herriko taberna irlandesa, hablando con un borracho que me pedí insistentemente que le cantase una canción en un idioma que desconocía.

Y rebuscando en mis recuerdos acabe cantando:

danontzat zara zu geuria
Erritik sortu ziñalako
maite zaitu erriak

Gaztedi gorri-zuria
zelai orlegian
Euskalerriaren erakusgarria.
Zabaldu daigun guztiok
Irrintzi alaia:

Y en ese momento deje de cantar. Si pincháis el audio de aquí abajo veréis como continua...





Con lo que Gerry se quedó contento, y nosotros teníamos una anécdota graciosa que contar. Habíamos salido de una situación tensa, de una forma original, convencido a un irlandés borracho que el himno del Athletic (de Bilbao) era una canción tradicional vasca (lo que por otro lado es)

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Unai, tu memoria parece Equipaje de la de cosas que hay ahí dentro.

Recuerdo cuando, en Bruselas, nos vimos en un apuro en una heladería... y entonces tu memoria obró el milagro... de nuevo.

Unai dijo...

Pero como decian en las peliculas de Conan, eso es otra historia... y la contaremos en el futuro....

Biónica dijo...

:D

Di con tu blog, y ya veo que eres medio paisano mío ;).

Es gracioso pasar (que coincido que en realidad lo es!) el himno del Athletic como canción tradicional vasca xD.

Muchos saludos, y a seguir bien; seguiré leyéndote.

(Ah! Ya tengo ganas de ir a Irlanda, sí...)

Unai dijo...

Deafchina: uno se empieza a considerar un hombre sin patria cuando no pasa más de dos noches seguidas en una misma ciudad... siempre me alegra tener lectores nuevos (y si comentan aun mejor).

Unknown dijo...

Qué grande tu anécdota!

Yo he estado en Irlanda este verano y también quiero hablar de ello, ya veremos...

Hermoso país, cuestiones políticas aparte. Aunque me quedo con los paisajes más que con las ciudades en sí.

miguelez dijo...

Falta añadir como yendo en ese viaje por unas carreteras que en España no llegarían a comarcales y de noche cerradas a nuestro amigo Unai no se le ocurre que coger a un autostopista 8-)


Lógicamente todo el camino con el, fuimos hablando comentando que eso se parecía a una vieja película de miedo serie B, que el que teníamos detrás podía ser un asesino, que aunque no lo pareciera podía entendernos y al despedirse nos diria en un sonoro castellano "Hasta luego" …


En resumen un buen viaje lleno de recuerdos.