miércoles, 5 de noviembre de 2008

Sorpresas de la vida

Mi hora de comer es un poco aleatoria. No tengo ni horario fijo ni sitio fijo. No tengo compañeros de comida fijos, ni menú fijo. Cada día estás en un sitio, a veces que con más gente, a veces que tú solo. Suelo evitar las cafeterías de los hospitales por varios motivos, pero principalmente es debido a que el menú de estas cafeterías no es ni demasiado bueno ni demasiado sano, con el handicap añadido de que sueles encontrarte a gente que preferirías no encontrarte.

En general prefiero tomarme una hora, salir del hospital, a ser posible a algún sitio agradable y comer con algún compañero. Pero hay veces que no se puede.

Hay veces que la que me coordina (mi "jefa") me organiza el trabajo para que, haciendo un trabajo que dura cuatro horas, empiece a la una y termine a las cinco, olvidando que en esas horas es cuando hay que comer. Como cuando te enteras de la jugada ya es tarde, tienes dos opciones, o pasas de comer o puedes intentar ir a comer mientras el equipo que estás arreglando esta haciendo alguna calibración o ajuste, que lo único que requiere por tu parte es que mires la pantalla.

Hoy ha sido uno de esos días.

Refunfuñando por comer solo y en un hospital, cuando he llegado a la cafetería, el camarero me ha dicho que no había sitio, y que si no me importaba, me podría sentar con un señor que estaba comiendo solo. Como al señor no parecía importarle mucho, y yo tenía prisa, me he sentado con él.

La comida ha empezado de una forma muy normal. Hemos pedido, nos han traído las bebidas, de forma educada le he ofrecido agua pero él ha preferido tomar vino y casera. La cosa no iba a más, pero por entretenerme, me ha dado por leer la etiqueta de la Casera, y cuando la he dejado, mi compañero de mesa me ha contado que en el fondo es agua con azúcar.

Pues con esa excusa, la mar de tonta, la cosa ha ido evolucionando. Yo he contado que hacía en ese hospital, que me dedicaba a arreglar aparatos médicos, y él me ha contado un cacho de su vida. Podría parecer que Ramón (que así se llamaba) era el típico plasta, pero nada más lejos de la realidad. A la hora de contar un dramón, Ramón era un cuenta-historias hipnótico y extrañamente divertido.

Ramón es un jubilado, que tuvo cáncer hace ya unos años. Se trato del mismo, y ahora está bien, pero resulta que su mujer acababa de ser operada de un tumor de mama. Ramón estaba preocupado y tranquilo a la vez. Sabe que el cáncer se cura. Y no lo sabe porque se lo hayan contado, lo sabe porque lo pasó en sus propias carnes y que, aunque se sufre mucho, se puede continuar. También me ha contado que pensado a posteriori, el cáncer no sólo no fue malo, sino que cree que su vida mejoro. Que entendió sus prioridades vitales y que en el fondo es mejor persona.

Luego ha hablado de su mujer, de su cáncer, y de que todo va a estar bien... Nos hemos tomado el café, y nos hemos despedido.

Así, sin más. Sin conocernos de nada. Sólo por preguntarme en voz alta de que estará hecha "La Casera".

Hay gente que necesita hablar. Y si las cuentan bien, a mi me gusta escuchar estas cosas.

Así que Ramón... mucha suerte.

5 comentarios:

Unai dijo...

(Ni que decir tiene que al final en lugar de acabar a las cinco he acabado a las seis.

La conversación no estaba como para ser interrumpida, y cuando hemos terminado de comer, por si sola se ha acabado.

Como el cliente no ha protestado por la hora de retraso no pasa nada...

Último Íbero dijo...

Buena entrada.

Unai dijo...

IBERO: ya no sé cuando me das más miedo, cuando me metes caña o cuando me haces la pelota....

Pero como sé como eres, pensaré que no me haces la pelota y que realmente te ha gustado.

Muchas gracias

y ya iba siendo hora de que me saliese algo decente que llevo una semana la mar de sosa.

gema dijo...

juer...cuanto resquemó...
madresita...
la historia bien...pero no la he podido disfruta con tanto saludo inicial...

pero bueno, como parece que se te pueden decir cosas buenas...deberías saber que creo que eres el preferido de la usc.
no he hecho encuesta al respessto pero me parece que es así.
(de momento sólo yo noto tus días malos)

hasta el lunes.
:-)
no descanses
1bsot.

Unai dijo...

GEMA: Resquemor, lo que se dice resquemor no es... Es un rufunfuño general que ocurre cuando le cambias a uno los planes 6 veces al día.... pero como es desde el cariño, no llega a ningún sitio....

Y lo de preferido de la USC..... me llena de orgullo y satisfacción....

Y descansar, descansaré... pero seguiremos entrenandonos para el evento del sábado...