Los 31 se acabarón. Después vinieron los 32 y de pronto, en mitad de los 33, la crisis se acabó. Y las ganas de contar todo fueron disminuyendo. A veces, sólo a veces... vuelven... y hay que guardar este sitio para poder contarlo.
martes, 3 de marzo de 2009
¡Vivo!
Y esta tarde escribiré algo (si no me he roto la pierna)
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