Un consejo a la hora de organizar bodas, bautizos o comuniones.

Este año está siendo muy prolijo en eventos sociales. Bodas, bautizos, comuniones... un poco de todo. Como ya dije hace un tiempo soy un ser social, y en las bodas me lo paso como un enano, pero otros eventos como comuniones y bautizos me desconciertan un poco más.

Me explico, a estas alturas, las bodas que tengo son principalmente de amigos, con los que más o menos conoces a los que tienes que conocer, y al montón de gente que no conoces no le das mucha importancia. Pueden que sean amigos del trabajo del novio, la tía de la novia, o sencillamente uno que pasaba por ahí y se ha metido a ver que tal se come en esa boda.

Pero los bautizos y comuniones son distintos. A estos eventos viene gente un poco más cercana. Padres, tíos, abuelos y primos. Quizá algún amigo de los padres, pero vamos que son habas contadas, y en general poca gente.

¿porque me resulta incomodo esta situación? Pues muy fácil, porque, aunque se supone que tienes que conocer a todos, la parte política se te escapa un poco. Es decir, con los que son familia directa mía no tengo ningún problema, se quien es quien y ya está... pero ¿que pasa con la tía del marido de tu tía? ¿y su cuñado? Están todos en el evento, y como te conocen de los eventos previos de la pareja (boda, bautizos y comuniones de los otros hermanos) pues todos te saludan y te preguntan las cuatro preguntas de cortesía.... y tu estás ahí, intentando recordar si este era el cuñado de la prima, o la prima del hermano, y ya que te pones también estaría bien poder recordar algún detalle tonto como en que trabaja o si se le gusta el baloncesto, para poder mantener algo de conversación mientras vas comiendo.

Y claro, habrá gente a la que no le pasa, pero a mi me cuesta mucho recordar tantos detalles. Así que propongo que en todos los eventos de este tipo se reparta antes unas fichas como la siguiente:


Aquí podemos ver la información básica de cada uno de los invitados, nombre, apodo por el que se le conoce, relación con la persona que celebra el evento, un pequeño árbol genealógico en el caso de que la relación sea complicada, y un par de frases que definan sus gustos o profesión, y en general sirvan para poder iniciar una conversación.

Creo que todo el mundo lo agradecería y le daría un poco más de comunicación al evento, evitando además los clásicos conflictos de estos actos.