Los 31 se acabarón. Después vinieron los 32 y de pronto, en mitad de los 33, la crisis se acabó. Y las ganas de contar todo fueron disminuyendo. A veces, sólo a veces... vuelven... y hay que guardar este sitio para poder contarlo.
lunes, 10 de agosto de 2015
Cenar una tortilla francesa es triste. Cenarla mientras ves Hannibal es una desgracia.
Cenar una tortilla francesa es triste. Cenarla mientras ves Hannibal es una desgracia.
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